enero 21, 2021 Raquel Sanz

The work

Siguiendo en el infinito camino del autoconocimiento, me he topado con la interesante propuesta de Byron Katie.

Tras sufrir una crisis personal, Byron creó un método para indagar en nuestros pensamientos, principalmente en los que nos producen sufrimiento y nos alejan de nuestros objetivos.

El método se llama “El trabajo”. Es una denominación sencilla a la par que ingeniosa. Y es que si queremos liberarnos del sufrimiento y alcanzar la calma, nos lo tenemos que currar.

La potencia del método de Byron se basa en su simpleza. Lo que viene a decirnos no es nuevo, ya ha sido dicho por los filósofos a lo largo de la historia de la humanidad;

 Deja de hacerte daño a ti mismo con tus pensamientos

El primer paso es aceptar que hay tres tipos de asuntos:

  • Los tuyos
  • Los míos
  • Los de la vida (también llamados de la realidad, del universo o incluso de Dios, según tus creencias)

Cuando ocupas tu mente con asuntos que no son tuyos y en los que nada puedes hacer, casi con toda probabilidad sentirás emociones incómodas como rabia, tristeza, frustración, resentimiento.

Esto sucede cuando juzgamos cómo deberían ser o qué deberían hacer las personas  que nos rodean (nuestros hijos, padres, amigos, pareja, compañeros de trabajo), o cuando nos hacemos cargo de los asuntos de la vida, como inundaciones, pandemias, guerras, etc sobre los que no tenemos ninguna influencia.

En este punto me parece oportuno recordar la conocida como oración de la serenidad:

 Señor, dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo y sabiduría para poder diferenciarlas”

Byron propone que cuando tengas un pensamiento que te genera sufrimiento te hagas estas cuatro preguntas:

1ª: ¿Es esto verdad?

2ª: Insiste ¿Puedes saber que es verdad con absoluta certeza?

3ª: ¿Cómo reaccionas cuando tienes ese pensamiento? ¿Cómo te sientes? ¿Qué haces?

4ª: ¿Quién serías sin ese pensamiento?

Tras responder a estas cuatro preguntas, el método te invita a darle una vuelta de tuerca más, declarando lo opuesto a lo que considerabas que era verdad para darte cuenta de que pueden ser tan verdad o más que lo que tu creías.

Por ejemplo, si tu pensamiento es “Mi pareja no me escucha”, la inversión podría ser; “Mi pareja me escucha”, “Yo no escucho a mi pareja” o incluso “Yo no me escucho a mí misma”. Revelador, ¿cierto?

En general, ignoramos o no somos conscientes del poder que tiene nuestra mente sobre nuestro estado de ánimo. En estas circunstancias, nos creemos los pensamientos que produce nuestra mente de forma automática, como si de verdades se tratara. Y es ahí donde empieza el sufrimiento.

En resumen, cuando haces El Trabajo, cuando cuestionas tu pensamientos, te das cuenta de que la raíz del sufrimiento está en tu cabeza.

El método de Byron encaja como un guante con las herramientas de coaching para la indagación de nuestras creencias, para posibilitar la toma de consciencia de quien hemos estado siendo y quien queremos ser, y descubrir el enorme poder que tenemos eligiendo nuestros pensamientos.

Te invito a ponerlo en práctica y descubrir una nueva forma de gestionar lo que depende de ti.

 

Bibliografía:

Katie, Byron. Amar lo que es (2002)

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